Rocanrol Cowboys, de Alejandro Ruax y Ramiro Martínez
En noviembre de 1992 el guitarrista y compositor Keith Richards dio su primer recital como solita en Buenos Aires. La llegada de uno de los integrantes principales de los Rolling Stone ante 50.000 personas que ovacionaron esa fiesta rollingera, no sólo fue un éxito sino también fue la oportunidad de Richards para conocer a la banda invitada que lo precedía. Ellos eran los Ratones Paranoicos.
“Durante esos años en Argentina, una banda local mantenía viva la llama del rock and roll”, así lo expresaba Keith Richards en su libro Life. La declaración dirigida hacia el hallazgo de los Ratones Paranoicos funcionó claramente como una suerte de padrinazgo, como ningún otro grupo del rock argentino recibió. Sin duda, ese empuje inicial consolidó la carrera artística de quienes hicieron del rock “una forma de vivir”, como ellos mismos declararon.
El estreno en la plataforma de Netflix de Rocanrol Cowboy dirigida por Plástico, seudónimo con el que firman Alejandro Ruax y Ramiro Martínez, tuvo su origen como proyecto a partir del regreso del grupo en 2017 a fin de hacer un DVD del recital. Pasaron los años y el material fue ampliándose hasta culminar como largometraje y ser exhibido, por primera vez, en el Festival Internacional de Cine de Mar Del Plata en el 2019.
A tono con la estética de la década del 80, las primeras imágenes sintetizan los elementos constitutivos del documental. El volumen y la variedad del material de archivo, tanto público como privado, dará cuenta de los inicios de la banda en el circuito punk del under porteño, donde ya comenzaba a exhibirse el histrionismo y los excesos de Juanse, el líder y vocalista del grupo; sumado a la orientación más Rollingera, de la mano de Richards, a la fue derivando el grupo hasta alcanzar el éxito y la popularidad.
Producida por Sony Music Argentina, Poster y Pop Art Music, Rocanrol Cowboys es un rockumental que se suma a un formato audiovisual en pleno crecimiento dentro de las plataformas digitales. La película va al hueso de lo que se propone, alejándose de ciertas herramientas clásicas del documental tradicional como las sucesivas entrevistas a cámara, las intervenciones forzosas de los realizadores, o la concentración informativa en la voz de un personaje omnisciente como vimos en la serie Rompan Todo (2020).
La construcción narrativa de Plástico opta por orientarse hacia un relato cronológico y lineal, utilizando la voz en off de sus protagonistas y el found footage como herramientas discursivas y audiovisuales para construir el contexto y la historia de Ratones. Con el uso de separadores que aluden a la tecnología analógica utilizada en los ochenta y noventa, el largometraje se puede dividir en cuatro partes.
La primera comprende la gesta y formación del grupo integrado por Juanse, Sarcófago, Pablo Memi y Roy Quiroga en pleno corazón de Villa Devoto en 1983; un año por demás significativo ante el regreso de la Democracia a la Argentina. En pleno albor de libertad y en medio del pop que se escuchaba por aquellos años con Virus, Soda Stereo y Viudas e hijas, ellos supieron ocupar el espacio disponible para el rock más crudo de la mano del productor Gustavo Gauvry, responsable del sello Del Cielito Records donde grabaron sus primeros discos. Esta etapa hará un repaso por las presentaciones televisivas, su movida graffitera, los primeros videoclips y el recital en el estado de Obras Sanitarias en el 1989.
Un párrafo aparte merece el collage visual de los realizadores sobre la década de los noventa que encuentra al grupo en medio de los excesos de la fiesta menemista (Carlos Memen era el por entonces presidente de la nación) y la iconografía característica de aquellos años: el auge de la MTV; la inauguración de Tower Records en Argentina, la llegada de Mc Donald, Michael Jackson, Sinéad O´Connors, entre otros.
La segunda parte se concentra en el salto internacional de la banda al ser representados por el ex productor de los Stone, Andrew Loog Oldham, quien en sus intervenciones en off dará nombre al documental. La participación en el show de Keith Richard en la Argentina, también junto a Mick Taylor, y el ser elegidos como teloneros de los Rollings en el Voodoo Lounge Tour (1995) determinó el punto máximo de su carrera y la consolidación del estilo rock star de Juanse.
La tercera secuencia se adentra en las consecuencias de una trayectoria vertiginosa e infatigable por alcanzar el éxito. El consumo toxicológico constante, el gusto por los excesos, el peso de las individualidades y las diferencias entre ellos los llevaron a la necesidad de parar y separase.
El cuarto y último segmento narra el reencuentro y madurez del grupo, como la transformación de Juanse al catolicismo para salvarse y comenzar su etapa de solista. El registro de ese cambio radical en el líder de Ratones Paranoicos, derivó en lo más esperable para los fans y seguidores: el reencuentro del grupo en 2017 brindando un gran recital. Aquella noche, como dice Sarcófago “la química que nació en Devoto nos nos dejó nunca”.
El mérito y acierto de los directores Alejandro Ruax y Ramiro Martínez (quienes dirigieron varios videos musicales de Intoxicados) fue lograr que se respire rock desde el inicio hasta el final del documental. También sostener el interés constante en el desarrollo evolutivo de banda y concentrar la palabra autorizada en los protagonistas y colaboradores. Sus voces guían el relato y transmiten la experiencia de ser parte del más puro rock and roll.
Rocanrol Cowboys, Argentina (2019)
Guion y Dirección: Plástico (Alejandro Ruax y Ramiro Martínez)
Edición: Marcela Truglio y Ezequiel Yoffe/ Sonido: Manuel De Andrés
Duración: 76 minutos
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